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Lady La Vendedora de Rosas Capitulo 74

Lady es una niña de diez años de cabello largo y ondulado, pecosa, pícara y elocuente. La pequeña roba rosas para venderlas, poder comer y juntar el pago de la pieza que arriendan en un inquilinato junto con su madre Fátima, una mujer joven, delgada y desgastada por los golpes de la vida; y su hermano Didier de ocho años.

El gran amigo de Lady es Alex, un joven algo tímido, quien es hijo de Arnulfo, hermano de Elmer, dueño del inquilinato y quien fue abandonado por su mujer en el altar.

Fátima y Lady se disponen a vender en los semáforos las rosas que han robado en el barrio El Poblado, con el fin de pagar lo que le adeudan a don Elmer.

Fátima decide acudir a ver a Pacho, el verdadero padre de Lady, y espera que diez años después tenga un acto noble con ellas. Pacho Rojas está casado con Rosalba y son dueños de una floristería cerca de la glorieta de San Diego, es un hombre miedoso y cobarde con su esposa, pero se aprovecha de las personas que siente inferiores a él. Tiene una hija un poco mayor que Lady, Liliana, de gran parecido físico a ella.

Sofía Soto es una abogada defensora de menores muy ceñida a las normas, quien está empeñada en separar a Fátima de su hija por ponerla a trabajar de vendedora ambulante. La mujer cree que, con ayuda de su profesión, ayudará a rescatar a una niña más en situación de abandono.

Con el tiempo, Lady termina en un orfanato en el municipio de La Estrella, cerca de Medellín. La pequeña hace lo que sea por reencontrarse con su madre, intenta fugarse varias veces, pero es localizada antes de cumplir con su objetivo. Lady les da guerra a las religiosas donde se encuentra internada, hasta el punto de llegar a recibir fuertes castigos.

El tiempo pasa y Fátima, agobiada por la pérdida de Lady, se sumerge cada vez más en el alcohol. Guarda la esperanza que cuando se encuentre con su hija ella sea una mejor persona.

La joven a sus catorce años ha aprendido todo sobre valores pero poco sobre comportamiento. Espanta, a veces con picardía y a veces violencia, a los padres de familia que desean adoptarla.

Marco García es un director de cine que anda en la búsqueda de actrices para su nueva película. Un complicado proyecto sobre niñas que deambulan por la ciudad vendiendo rosas.

Mireya, amiga de Lady, le cuenta a García que esa es la misma historia de su amiga. “La de allá, la flaquita, la que tiene una trapeadora en la cabeza y está caminando agachada con el bastón”, le indica. El director centra su atención en Lady. “¿Cine? Eh, mijo, a gozarse a otra, vean a éste”, lo despacha la joven.

Lady no va a permitir que nadie la ilusione, sin embargo, García queda hechizado con su energía y explosividad, intuye que es un banco de historias, una biblioteca de la calle. Sabe que esa mezcla de rabia y ternura es lo que necesita.